lunes, 25 de agosto de 2014

JORNADA INTERCÁTEDRAS 2014-CÁTEDRA ABIERTA DE GÉNERO DE LA FFCEH.





Estimados Todos/as:
Este año intentamos responder a inquietudes surgidas el año anterior. Además de las presentaciones de trabajos de parte de alumnos y acompañados por sus docentes, invitamos a especialistas sobre la temática "Violencia de género", también surgida de la evaluación 2013.
Esperamos que puedan participar con sus asistencia.
Cordialmente

María Delia Traverso y Equipo de Coordinadores: Lic. Silvia Boschin, Dra. Ma. Cecilia Colombani, Dr. Horacio Losinno, Prof. Guido Fernández Parmo, Prof. Andrea Fernández y Dr. Atilio Ferraro.


8.30 a 09.00:
Apertura y presentación
A cargo del Dr. Atilio B. Ferraro

9.00 a 11.00:

Mesa redonda:
-Dra. Irene Meler
-Lic. Irene Fridman
-Dra. Ma. Cecilia Colombani
-Dr. Fabián Cardoso

Coordina: Lic. Silvia Boschin
11.00 a 11.30
CAFÉ


11.30 a 13.00


Exposiciones sobre investigaciones llevadas adelante en la FFCEH:
-Lic. Zulema Barilari
-Dra. Celia RodrÍguez Morales
-Dr. Horacio Losinno
Coordina: Prof. Guido Fernández Parmo
13.00 a 14.00
ALMUERZO


14.00 a 16.00
Exposiciones de trabajos de cátedras:

-“Violencia Humana” A cargo de los Dres. M. Alejandra Lepore, Enrique Farina y José Duarte (Carrera: Docente Superior Universitario)

-“Situación de las Mujeres paraguayas durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) (Un estudio de género)” A cargo de Norberto Baccaro Carrera: Profesorado de Historia)

-“Importancia del abordaje interdisciplinario de la problemática de género en las políticas públicas” A cargo de Fabián Moccio (Carrera: Licenciatura en Psicología)

-“Enclitofilia”. A cargo de alumnas Bonilla, Cicutta, Chácalos, D’ Amore, Gentile, Maidana, Parrottino, Sassoni, Sugo Fris. (Carrera: Licenciatura en Psicología)
Coordina: Dr. Horacio Losinno
16.00 a 17.30
Exposición de síntesis y cierre.
A cargo de la Dra. Ma. Cecilia Colombani



SÍNTESIS DE LOS TRABAJOS A PRESENTAR:

CARRERA: DOCENTE SUPERIOR UNIVERSITARIO

EXPOSITORES: DRA. MA. ALEJANDRA LEPORE- DR. ENRIQUE FARINA- DR. JOSÉ DUARTE

PROFESORA CÁTEDRA SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN: LILIÁN PEDERGNANA DE MESSINA

TÍTULO: VIOLENCIA HUMANA

Al idear los trabajos, grupalmente, durante el trascurso del primer cuatrimestre y prepararnos luego, para los exámenes finales de Sociología y Pedagogía, de esta, nuestra carrera de Docencia Superior Universitaria, se imbricaron y solaparon aspectos como así conceptos, que fuimos descubriendo, en su real significado, llevándonos entonces a reflexionar y finalmente a elaborar, la construcción de una crítica hacia “…los desvíos que nos tientan a dejar los caminos de la verdad, por más dificultosos que sean”, porque logrando no hacerlo, “… el ser humano, ser histórico-social, fue capaz de comparar, valorar, elegir, romper esquemas y por eso, se volvió un ser ético” (Paulo Freire-Pedagogía de la autonomía-Saberes necesarios para la práctica educativa. Siglo veintiuno editores). Al tomar conciencia de nuestro inacabamiento como personas, somos individuos críticos, aventureros, estando predispuestos al cambio y a ser responsables de aceptarlo y de aceptar, por lo tanto, lo diferente: “el riesgo”. Por ello, en relación a una temática social y a la posible intervención de la Universidad al respecto, no tal vez para resolverla (atento su magnitud) pero si, para un “aclaramiento social” por lo menos; intentamos mediante una implementación poder intervenir, al tratar de acercar la Universidad hacia la comunidad y la comunidad hacia la Universidad. En síntesis, el proyecto que desarrollamos a continuación expone como trasladar a los ámbitos universitarios una problemática social “… para enriquecer y dotar de sentido a la práctica docente de la educación superior y rescatarla de ser una práctica vacía, sin mirada social (La propuesta pedagógica de Resilencia de Paulo Freire en la Universidad. Revista de la Facultad de Filosofía, Ciencias de la Educación y Humanidades Nº 14-Abril de 2009). Porque el conocimiento de esta particular realidad social, que suele subsumirse y atomizarse dentro del espectro general de “las lesiones” hace que la VIOLENCIA HUMANA no sea una lesión más. Asimismo, la Universidad, como institución formadora de Profesionales tiene como misión “formar al hombre para el cambio permanente” y aun para una eventual crisis producto de la transición (Escotet M.A “Universidad y Devenir”- Sociología de la Educación Superior) .
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CARRERA: PROFESORADO/LICENCIATURA DE HISTORIA
EXPOSITOR: NORBERTO BACCARO
PROFESORA A CARGO DE HISTORIA AMERICANA II: ALICIA GARRO

TÍTULO: "Situación de las Mujeres paraguayas durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989)

En nuestro informe hemos analizado la situación de las mujeres paraguayas entre 1954 y 1989, teniendo en cuenta diversas variables. Nosotros consideramos que la desigualdad y el trato desventajoso que sufren las mujeres en Paraguay, son producto de un conjunto de normas de conducta, de estereotipos, de valores y significaciones que las condicionan durante la dictadura de Stroessner. Ahora bien, el trabajo consta de seis apartados, que los hemos separados para hacer una división analítica, ya que en la sociedad, todos los elementos se entrelazan. En los primeros dos capítulos del trabajo, abordaremos los principales elementos de la situación política y económica de Paraguay, en los años que duró la dictadura. A continuación, analizaremos la cultura paraguaya, como condicionante en la situación y el rol que debe ocupar una mujer en la sociedad; teniendo en cuenta el lenguaje y las conductas que se esperan de ellas. Luego, observaremos el rol que ocupan en el mundo laboral, tanto al interior del hogar como al exterior (tomando en cuenta las necesidades de las mujeres campesinas, en diferencia, con las necesidades de las mujeres que viven en áreas urbanas). Posteriormente, nos enfocaremos en la Legislación pertinente y como en la misma, se plantea el rol de la mujer como sumiso. Por último nos centraremos en la participación activa, y las distintas organizaciones que se fueron conformando durante el periodo, teniendo en cuenta las reivindicaciones que exigían cada una.                                                                                                                
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CARRERA: LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
EXPOSITOR: FABIÁN MOCCIO
ÁREA DE TRABAJO: SALUD MENTAL Y COMUNITARIA

TÍTULO: Importancia del abordaje interdisciplinario de la problemática de género en las políticas públicas.

El presente trabajo pretende dar cuenta de la necesidad del trabajo con equipos interdisciplinarios en las problemáticas de violencia de género, esto se debe a que la violencia de género requiere de una suma de esfuerzos porque una mujer en situación de riesgo va a necesitar ayuda económica, ayuda con sus hijos, ayuda psicológica, entonces es clave entender la importancia de lo interdisciplinario tanto en la asistencia de las víctimas como también en el trabajo de promoción y prevención de las problemáticas de género. Nos centraremos puntualmente en la prevención, en experiencias concretas que se realizan en el Consejo Mujeres de Ituzaingo que se creó como un espacio consultivo que pertenece al ámbito municipal. ...........................................................................................
CARRERA: LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

TÍTULO DE LA INVESTIGACIÓN EN LA QUE PARTICIPAN LAS ALUMNAS EXPOSITORAS: "Enclitofilia - Características del mundo interno de las mujeres que se sienten atraídas por hombres que se encuentran encarcelados"

EXPOSITORAS: Lorena Bonilla Liliana G. Cicutta Paula Chácalos Graciela N. D’ Amore María Paula Gentile Romina S. Maidana Jacqueline L. Parrottino Claudia B. Sassoni Soledad Sugo Fris

PROFESOR A CARGO DE LA ASIGNATURA ESTRUCTURACIÓN DE LA SUBJETIVIDAD: DR. HORACIO LOSINNO

Los medios de comunicación nos informan a diario sobre sobre un número alarmante de mujeres que son maltratadas verbalmente, golpeadas o asesinadas por los hombres de los que se han enamorado. Muchos de ellos están o estuvieron en prisión por robar, estafar, matar, lesionar o violar. Nuestro estudio tiene como objetivo detectar los patrones transferenciales y vinculares de las mujeres que se sienten atraídas por hombres que se encuentran encarcelados. A tal fin empleamos el Método del Tema Central de Conflicto en la Relación (desarrollado en la Universidad de Pennsylvania por Lester Luborsky y Paul Crits-Christoph) y el Método de Estudio de la Intersubjetividad en el Relato (desarrollado en la Universidad de Morón por Horacio R. Losinno). Creemos que los resultados de nuestro trabajo serán fundamentales para aquellos que procuren diseñar campañas de prevención verdaderamente efectivas y para los que deban escoger las metas de los procesos terapéuticos.
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Disertación de la Dra. Irene Meler:
Disertación de la Lic. Irene Fridman:
Disertación del Dr. Fabián Cardoso:
Disertación de la Dra. María Cecilia Colombani:
Lics. Zulema Barilari y Celia Rodriguez Morales:


Presentación del Dr. Horacio Losinno:

Presentación del alumno Norberto Baccaro:


Presentación de los Dres. Lepore y Farina:

 Presentación a cargo del alumno Fabián Moccio:

Presentación de las alumnas investigadoras: 
Cierre de la Jornada a cargo de la Dra. Colombani:

Disertación de la Dra. Colombani desarrollada en la mesa redonda de la mañana:
Mujer violencia y otredad

El intento de la presente reflexión consiste en repensar algunas líneas de la historia de las mujeres desde ciertas bisagras interpretativas, que permiten, a nuestro entender, hilvanar algunas rutas de comprensión respecto de la actual situación de las mujeres en lo referente a los signos de violencia que aún persisten vigorosamente en los diferentes ámbitos donde juegan sus roles. A su vez, queremos enmarcar dentro de ese mismo escenario de violencia, algunas reflexiones en torno a la educación para la salud, como modo de atender las necesidades del colectivo.
Pensamos en dichas bisagras como los núcleos constitutivos de un intento crítico-genealógico de pensar las bases impensadas de nuestra propia constitución como sujetos, de saber más de nosotras mismas como estrategia política de resistir el modelo subjetivante y abrir la posibilidad de una transformación de las condiciones de existencia.
Todo proceso de subjetivación implica una peculiar construcción histórica, que no puede ser interpretada por fuera delos juegos de poder y dominación que avalaron tales construcciones.
La historia de las mujeres y los discursos que históricamente las han hablado están hilvanaos en torno a la noción de “naturalidad”, la cual se opone férreamente a la idea de construcción. Naturalizar procesos históricos es el mecanismo a través del cual se logra la a-historicidad de todo proceso de construcción. Naturalizar es invisibilizar los procesos de construcción histórica que han determinado ciertos modos de subjetivación.
Aquello que se considera natural posee una carga de determinismo, que sutura toda práctica resistencial, conjurando la capacidad de respuesta. Si uno piensa que “naturalmente” el destino o la naturaleza le han reservado ese rol, esa función, ese papel, es difícil que, en ese sistema de creencias, surja la resistencia al estereotipo.
El segundo horizonte que queremos repensar es la noción de ideal, a la luz del mismo intento genealógico. Pensar en cómo fue construido el ideal de mujer para ver cómo la violencia se instala y se legitima allí donde el ideal no parece cumplirse. El ideal es un tipo de construcción que sirve como parámetro máximo de cumplimiento o no y, desde esa tensión, la violencia se juega de múltiples maneras, sobre todo a partir de la imposibilidad humana de asimilarse al ideal.
La propuesta genealógica consiste en desmontar la usina productora del ideal de mujer como representación primera de la violencia de género. La genealogía consiste entonces en la búsqueda histórica de las circunstancias y los azares que contribuyeron a la generación de los altos ideales, entre ellos el de mujer, como representación histórico-cultural dominante en Occidente.
Sólo desde la tarea deconstructiva se esfuma la esencia femenina, la naturaleza sustancial de ese ser precario racionalmente que exige custodia como forma de paliar  su precariedad ontológica.
A la luz del marco teórico precedente, intentaremos ensayar un cierto descenso arqueológico para excavar las capas que han ido configurando la “espesura mujer”; proponemos entonces una mirada sobre el mundo de la mujer en el período histórico comprendido entre los siglos XII y XV, ya que allí se consolida una verdadera pedagogía femenina, tendiente a vehiculizar un sueño histórico: la construcción del modelo de mujer. No se trata de un intento histórico; nada más alejado que un proyecto de ese orden; se trata de una apuesta política de pensar desde dónde somos lo que somos y bajo qué juegos de poder se ha ficcionado nuestra identidad como colectivo. Pensamos que sólo desde este descenso se alcanza nuestra “cuestión presente”.
¿Cómo se ha fabricado una pedagogía para la mujer?, ¿Cuál sido el discurso dominante?, ¿Quién ha sido el amo del discurso? Esta preocupación nos remite a una práctica sostenida y jerarquizada en el marco general de la sociedad medieval, esto es, la circulación de un discurso de consolidación de una pastoral femenina. Si esta pedagogía femenina se construye como un verdadero saber y representa una verdadera voluntad de verdad, entonces, un determinado discurso la plasmará y será el sustento de su materialidad.
Efectivamente, "las mujeres tenían que convivir con las palabras de aquellos hombres a quienes una determinada organización social y una precisa ideología habían confiado el gobierno de los cuerpos y de las almas femeninas. Una parte de la historia de las mujeres pasa también a través de la historia de aquellas palabras que las mujeres oyeron y que a ellas se dirigían, a veces con expeditiva arrogancia, a veces con amorosa fabilidad y, siempre, con preocupada insistencia"[1].
Los sermones de los predicadores, los consejos de los padres, las admoniciones de los directores espirituales, las órdenes de los maridos, las prohibiciones de los confesores, constituyen ese corpus discursivo que, al interior mismo del topos del discurso, abren una primera partición binaria: algunos sujetos ostentan la palabra y otros escuchan ese logos que, además, resulta una palabra didáctica. Las mujeres fueron habladas por un discurso de impronta masculina que las ubicó en el lugar de las discípulas, de los seres frágiles que, a propósito de su menos racionalidad, necesitaban una palabra que las guiara.
Si el discurso es poder, entonces de él se apropia quien está mejor posicionado para servirse de algo socialmente valioso y culturalmente jerarquizado; en segundo lugar, esa apropiación refuerza, garantiza y perpetúa el registro de poder. Si el campo del discurso implica una partición binaria, el territorio del poder constituye el paradigma de la partición: hay distintos órdenes de poder y, en virtud de ellos, unos hablan y otros escuchan, unos mandan y otros obedecen.
Esto ha sido sólo un ejemplo de la tarea pedagógico-disciplinar. El tema es ver porqué es necesaria esa empresa correctora.
Proponemos pensar el tema desde la lectura antropológica del Otro, a partir de la tensión Mismidad-Otredad. La historia de las mujeres parece inscribirse en el marco de esa tensión como núcleo dominante de problematización para comprender dos nociones fundamentales: la violencia y el silencio que ha marcado la historia de las mujeres. La lectura que proponemos se espacializa en una referencia política de la tensión Mismidad-Otredad, ya que nos interesa detectar juegos de apropiación y dominación del otro, a partir de su presencia desubjetivada.
En ese Otro se juegan ciertas dimensiones que pasaremos a enmarcar en un juego de metáforas, que no hacen otra cosa que enfatizar las marcas de la violencia. Hay en el Otro, sea mujer, extranjero, negro, indio, una cierta dimensión de opacidad, que suele ubicarlo en un punto de irracionalidad. Frente a la racionalidad hegemónica de lo Mismo, el Otro suele aparecer transido por cierta forma de la sin razón o de una racionalidad menor. He aquí una primera metáfora que llamaremos metáfora lumínica. Mientras unos alcanzan la luz, otros parecen quedar territorializados a cierta forma de opacidad y silenciamiento.
En segundo lugar, podemos pensar en una metáfora del progreso, solidaria de la anterior. El Otro suele estar, a partir del imaginario que venimos esbozando, en una posición inferior, en una posición menor, directamente proporcional a esa menor racionalidad que parece marcarlo “naturalmente”. Nos acercamos a dos dimensiones complementarias a estas metáfporas desde el enfoque antropológico: una dimensión axiológica y una dimensión tecnológica. La primera implica el modo de instalación frente al Otro, mientras la segunda se refiere a cómo operar sobre aquel que considero inferior, para normalizarlo, civilizarlo, evangelizarlo, modificarlo, corregirlo, castigarlo, si es necesario, violentarlo si corresponde, etc.
La problemática transita, incluso, por una cuestión topológica, ya que la tensión aludida parece resolverse en una metáfora espacial, que se juega en prácticas de territorialización y desterritorialización.
La historia de las mujeres como relato de dominación violenta ancla su letra en esta violencia axiológica, topológica, tecnológica y política.
Esa mujer-otro que venimos tematizando, es el resultado de una gesta intracultural. Es el otro construido al interior de un tapiz ficcionante de subjetividades. Tapiz que impacta directamente sobre los cuatro enclaves previamente aludidos. No es el típico Otro extra cultural, que está más allá del territorio. Es otro intramuros.
La dimensión axiológica es el resultado de una forma de instalarse frente al otro y responde a la pregunta ¿Cómo se instala el imaginario frente al otro? ¿Cómo lo considera? ¿Cómo mira a la mujer? Pregunta que habitualmente evoca consideraciones ontológicas inscritas en un relato sustancialista. El relato aristotélico ha sido una matriz funcional al juego axiológico. La menor racionalidad femenina la ha territorializado tempranamente en el relato occidental junto a otras otredades con quienes comparte la misma naturaleza deficitaria, que legitima juegos de dominación[2]. Quizás haya que ir a buscar en la espesura del mito esta marca y pensar en Pandora, la primera novia de Occidente, como portadora del mal y el castigo para los hombres.
A la menor racionalidad corresponde una menor excelencia, en el marco de un dispositivo que borda la ecuación racionalidad-virtud, generando un espacio de configuración tecnológica de matriz correctora como modo de paliar la menor conciencia moral. Las mujeres son menos racionales y, por ende, menos virtuosas; de allí que se hayan legitimado modelos de dominación masculina tendientes a salvar a esas mujeres frágiles racionalmente.
Los juegos de territorialización y desterritorialización inauguran la dimensión topológica. La pregunta dominante del enclave es ¿Dónde ubico al otro? ¿Qué lugar le asigno mental y materialmente?
El estatuto inferior es el que determina ámbitos y espacios funcionales a la instalación axiológica. El espacio asignado es directamente proporcional a la forma de considerar al otro. De allí que el espacio sea una variable política y no un elemento de consideración geográfica aséptica. La partición binaria propia del mundo clásico de un interior femenino y un  exterior masculino se ha reinventado a lo largo de la historia de mil formas posibles, siendo el oikos la geografía emblemática de la gesta subjetivante.
Es ese precisamente el espacio adecuado a una criatura frágil y racional y moralmente susceptible de ser educada. En ese enclave se juega buena parte del relato  moralizante y pedagógico que el medioevo cristiano desplegará en términos de pastoral femenina o pedagogía conyugal.
El espacio ha sido y sigue siendo una bisagra emblemática en la gesta violenta sobre las mujeres. El gesto de exclusión que parte de una representación social siempre anterior a la exclusión material de un espacio prohibido o restringido se reactualiza hasta el hartazgo en el marco de un fuerte juego de naturalización de escaso nivel de resistencia y en distintas dimensiones del espectro social: el trabajo, la política, lo económico, lo profesional, etc. La pérdida del espacio o la escasez de oportunidades de las mujeres en estos ámbitos es producto de una pérdida previa de espacio al interior de la representación simbólica.
La dimensión tecnológica supone la implementación de ciertas tekhnai, herramientas, instrumentos, para operar sobre el otro. La pregunta que capta la preocupación es ¿Cómo opero sobre el otro? ¿Qué herramientas puedo desplegar para neutralizar su carga de otredad en aras de fines transformadores? El presenta trabajo evoca ejemplos para pensar el dispositivo educativo como medio tecnológico. Educar a las mujeres ha sido, en parte, la gesta androcéntrica como modo de volverlas funcionales al sueño histórico de la buena esposa y la buena madre[3].
La historia de las mujeres parece estar históricamente asociada  a este discurso-poder de dominación violenta que legitima su relato arquetípico en esta violencia que hemos territorializado a las cuatro bisagras interpretativas precedentes: una axiológica, una topológica, una tecnológica y finalmente, una política.
En este marco, donde las mujeres fueron habladas y ficcionadas subjetivamente, se impone la doble tarea que animó el presente trabajo, como modo de instalación frente al discurso de la dominación. Sólo entonces desde la complementaria tarea de la genealogía como modo de mostrar la articulación interna de los juegos de poder  y desde la arqueología como modo de hacer visible lo dicho y lo no dicho, lo manifestado y lo silenciado de una determinada ficción histórica, es esperable la tarea resistencial, que sólo se puede concebir a partir de su articulación en la memoria como herramienta política, esto es como herramienta capaz de producir efectos sobre lo real, y como modo de comprender las modalidades de apropiación, exclusión, dominación, acceso, control y distribución de espacios, tanto en lo público como en lo privado, así como los efectos en los procesos de subjetivación y socialización.

La propuesta del presente trabajo fue ensayar un abordaje genealógico en torno a un paradigma de construcción genérica, a fin de recorrer los intersticios que visibilizan esas construcciones históricas, esos montajes de producción, esos dispositivos tecnológicos que constituyen verdaderas matricerías sociales.
El propósito, tal como fuera anunciado en la introducción, no es otro que comprender nuestra propia situación histórica, encontrar en esa huella genealógica nuestras propias marcas, el registro de una memoria colectiva donde se pueda encontrar las marcas de porqué hemos sido atravesadas por ciertos discursos que nos territorializaron en ciertos topoi, los cuales nos reportaron ciertos espacios de poder y no otros. Apuesta insoslayable de saber quiénes somos y por qué somos lo que somos. Sólo se emprende esta tarea desde la memoria, como herramienta de reconocimiento y resistencia.
A la luz del planteo precedente, nos resta articular el marco de la problemática de género, como núcleo de problematización, como aquello que, desde su instalación, nos interpela contemporáneamente. El siglo XX estuvo dominado por tal especulación. La historia de las Mujeres arrojó y plasmó sobre el siglo el mayor debate en torno a su condición, a su estatuto, a sus particulares condiciones de vida y trabajo, a sus posibilidades reproductivas, a sus libertades sexuales, a su incorporación y participación política, entre tantísimas cuestiones. Sólo algunos ámbitos de problematización, para descubrir la vastedad del topos afectado: Familia, Trabajo, Adolescencia, Medios de Comunicación, Salud reproductiva, Ciencia y Tecnología, Políticas públicas,  Sexualidad,  Desarrollo Humano,  Sociedad civil, Derechos Humanos, Derechos sexuales y reproductivos, Educación, Participación social y Comunitaria, Violencia, Salud Mental, Salud Materno Infantil, entre otros. La dificultad en abarcar la totalidad de los ámbitos donde el debate está abierto, y la vastedad de los mismos,  habla de su complejidad y de la imposibilidad de un abordaje unilateral o unívoco. No es tiempo de unilateralidad ni univocidad en el espacio del saber-acción. Es tiempo de miradas múltiples, de configuraciones epistémicas abiertas y en intersección, como modo de sumar miradas, prespectivas y posicionamientos.
La problemática de género se sitúa en el "entre" de las palabras y las miradas de una multiplicidad de saberes. En esta línea de reflexión, evocamos la figura del intelectual específico a la que alude Michel Foucault, desde la perspectiva más amplia del sujeto comprometido en sus espacios de saber-acción. Evocamos la gesta de aquellos que, desde sus espacios de producción, médicos, educadores, políticos, encuentran aún el tiempo y el espacio propicio de una transformación posible. Sólo se trata de saber encontrar los intersticios de la resistencia, porque el pensamiento es resistencia, en tanto productor de efectos transformadores.  La figura del intelectual específico juega un papel nodular; fundamentalmente, porque encarna “un nuevo modo de ligazón entre la teoría y la práctica”. La urgencia y la demanda de la coyuntura histórica convocan a una verdadera voluntad de acción.
Los proyectos no pudren obviar este tipo de reflexión histórico-socio-política. Sólo se modifica alguna situación si se conocen las causas de la misma. No bastarán planes ni estrategias de acción tendientes a superar el actual de un colectivo fuertemente vulneralizado hasta que no se trabaje conjuntamente en líneas más específicas y transdisciplinarias desde las cuales se puedan modificar las construcciones ficcionadas, consensuadas y legitimadas a lo largo del tiempo.


[1] Duby, Georges. Historia de las Mujeres, pág. 93.
[2]. Aristóteles, Política
[3] En el texto aludido de  Duby-Perrot, la referencia de la buena esposa y la buena madre incorpora la dimensión de la buena nuera, trilogía inscrita en la figura de Sara, esposa de Abraham, como fundación paradigmática del modelo de género.